Este artículo intenta explicar de manera inicial y puntual las leyes económicas que rigen la evolución de la economía de mercado capitalista mundial, destacando a) el proceso de crecimiento de la población industrial, de comercio y servicios como resultado de b) la reducción de la población agrícola y rural debido a c) la concentración de la tierra e d) industrialización de la agricultura; e) las migraciones nacionales e internacionales f) del campo a las ciudades y g) la conversión de poblados rurales en ciudades y h) el crecimiento de los "cinturones de miseria" en las ciudades, que ya no son cinturores sino que i) conviven al interior de las ciudades; j) la producción masiva de mercancías k) con tres revoluciones industriales, el vapor, la electricidad y l) la cuarta revolución industrial con la inteligencia artificial como m) fuerza motriz intensifica la producción de mercancías y n) el consumo de ciertos sectores se eleva y ñ) se "mezquiniza" y o) la riqueza se concentra p) como nunca antes había visto la humanidad. A la par q) el desarrollo tecnológico deja una masa creciente de población desocupada y r) con bajos salarios, s) con segmentos de mezquino consumismo, t) las rentas urbanas se elevan excesivamente y u) se da la paradoja de crecientes cantidades de personas en el mundo que sufren hambre v) en una sociedad mundial que puede abastecer las necesidades alimentarias de la población mundial duplicada. x) Las perspectivas de una revolución social mundial se presentan a largo plazo, y) al mismo tiempo que existen preocupaciones para lograr sociedades màs democráticas y estables z) con propuestas, por ejemplo, como la de la renta básica universal.
La evolución de la economía mundial: de la agricultura a la inteligencia artificial y sus contradicciones sociales
La historia de la economía mundial es, en gran medida, la historia del tránsito desde una economía agrícola y rural hacia una economía urbana, industrial y cada vez más digitalizada. Este proceso, lejos de haber sido lineal o armónico, ha estado marcado por transformaciones estructurales profundas, migraciones masivas, desigualdades crecientes y nuevas paradojas que desafían las ideas tradicionales del progreso económico.
De la tierra al vapor: la disolución del mundo rural
Durante siglos, la base de la economía mundial fue la agricultura. La mayoría de la población vivía en zonas rurales y subsistía gracias al trabajo en la tierra. Sin embargo, a partir del siglo XVIII, con la Revolución Agrícola y posteriormente la Revolución Industrial, este modelo comenzó a erosionarse. La concentración de la propiedad de la tierra en grandes latifundios, unida a la industrialización de la agricultura (uso de maquinaria, fertilizantes, monocultivos), expulsó a millones de pequeños productores y jornaleros del campo.
Este fenómeno originó un proceso global de migración campo-ciudad, que dio lugar al crecimiento de las primeras grandes urbes industriales. Las antiguas comunidades rurales se transformaron en ciudades o quedaron relegadas como periferias proveedoras de materias primas. La población industrial, comercial y de servicios creció exponencialmente, mientras la población agrícola se redujo dramáticamente en términos relativos.
Las ciudades y los nuevos cinturones de miseria
Las ciudades, epicentro del crecimiento económico capitalista, se expandieron desordenadamente. En los márgenes de las ciudades industriales del siglo XIX nacieron los primeros "cinturones de miseria": asentamientos precarios, sin servicios básicos, habitados por una clase obrera despojada de sus vínculos rurales. En el siglo XXI, este fenómeno ha evolucionado: ya no se trata de cinturones periféricos, sino de una convivencia cotidiana entre la riqueza y la pobreza en el interior mismo de las ciudades globales. La informalidad urbana, la gentrificación y el aumento de las rentas urbanas acentúan esta desigualdad espacial.
La producción masiva de mercancías y las revoluciones industriales
El corazón del capitalismo industrial ha sido siempre la producción masiva de mercancías. Tres grandes revoluciones industriales han intensificado este proceso:
Primera Revolución Industrial (siglo XVIII-XIX): el vapor y la mecanización transformaron la producción textil y el transporte.
Segunda Revolución Industrial (finales del XIX - principios del XX): la electricidad, el motor de combustión y la producción en cadena (fordismo) aceleraron aún más la productividad.
Tercera Revolución Industrial (segunda mitad del siglo XX): la automatización, la informática y la robótica comenzaron a sustituir trabajo humano en fábricas y oficinas.
Hoy, con la Cuarta Revolución Industrial, liderada por la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la digitalización integral, la productividad y la capacidad de producir bienes ha alcanzado niveles sin precedentes. Sin embargo, esta abundancia ha venido acompañada de un consumo desigual: mientras ciertos sectores acceden a bienes sofisticados y personalizados, amplias capas de la población apenas sobreviven, atrapadas en economías precarias.
La paradoja del desempleo y la abundancia
Una de las contradicciones más alarmantes de nuestra era es la coexistencia entre una capacidad global para alimentar a una población mundial duplicada, y el hecho de que cientos de millones de personas siguen padeciendo hambre. El desempleo estructural -resultado de la automatización, la robotización y la externalización del trabajo- se combina con la precariedad salarial y la concentración de la riqueza como nunca antes se había visto en la historia humana.
Los datos son claros: el 1% más rico posee más riqueza que el 99% restante, y esta brecha continúa ampliándose. Las rentas urbanas, por ejemplo, al alza permanente, expulsan a millones de personas de sus barrios tradicionales, incrementando el hacinamiento, la inseguridad y la exclusión.
¿Hacia una revolución social mundial?
Ante este panorama, crece el debate sobre posibles salidas democráticas y estructurales a las contradicciones del capitalismo global. La idea de una renta básica universal, garantizada por el Estado a toda la población sin condiciones, ha ganado terreno como una propuesta que debe ser evaluada en su capacidad para atenuar la desigualdad, garantizar el acceso a lo mínimo y dar mayor estabilidad a las sociedades contemporáneas. Aunque las experiencias piloto han sido limitadas y los debates siguen abiertos, la idea refleja una preocupación creciente por lograr sociedades más inclusivas y democráticas.
A largo plazo, algunos autores y movimientos sociales retoman el planteamiento sobre la posibilidad de una revolución social mundial que cuestione el sistema económico capitalista modelo económico neoliberal actual. Esta revolución, que podría ser y no ser o combinar forma violenta como tradicionalmente ha sucedido, también podría tomar formas diversas: luchas por la justicia climática, reformas profundas del sistema financiero, transformaciones en el modelo de propiedad, y nuevas formas de democracia participativa.
La evolución de la economía mundial ha traído consigo notables avances tecnológicos y mejoras en ciertos indicadores de bienestar. Sin embargo, también ha generado nuevas y profundas desigualdades. El desafío contemporáneo no es sólo seguir produciendo más y mejor, sino repartir de manera justa los frutos de ese crecimiento. Entre la amenaza de una crisis social global y la esperanza de una transformación democrática y solidaria, el futuro sigue abierto.
Referencias para ampliar el conocimiento sobre este tema:
Transición del mundo rural al urbano-industrial
Revoluciones industriales y transformación tecnológica
Polanyi, K. (1944). La gran transformación. Madrid: La Piqueta, 1989.
Polanyi analiza cómo la mercantilización de la tierra y el trabajo desintegró las estructuras sociales tradicionales, dando paso al capitalismo industrial y al desplazamiento masivo de poblaciones rurales hacia las ciudades. (Wikipedia, la enciclopedia libre)
Polanyi analiza cómo la mercantilización de la tierra y el trabajo desintegró las estructuras sociales tradicionales, dando paso al capitalismo industrial y al desplazamiento masivo de poblaciones rurales hacia las ciudades. (Wikipedia, la enciclopedia libre)
Davis, M. (2006). Planeta de ciudades miseria. Barcelona: Virus Editorial.
Davis examina el crecimiento descontrolado de las ciudades en el Sur Global, destacando cómo las políticas neoliberales y los programas de ajuste estructural han contribuido a la expansión de asentamientos informales y la degradación urbana. (Virus - Editorial i distribuïdora+1Wikipedia, la enciclopedia libre+1)
Rifkin, J. (2011). La tercera revolución industrial. Barcelona: Paidós.
Rifkin propone una visión de una nueva revolución industrial basada en energías renovables y tecnologías digitales, argumentando que estas transformaciones pueden conducir a una economía más sostenible y equitativa.Apuntes sobre la ciudad+10El País+10El País+10
Schwab, K. (2016). La cuarta revolución industrial. Barcelona: Debate.
Schwab introduce el concepto de la cuarta revolución industrial, caracterizada por la fusión de tecnologías que difuminan las líneas entre las esferas física, digital y biológica, y analiza sus implicaciones para la economía y la sociedad.El País+2El País+2El País+2
Desigualdad económica y concentración de la riqueza
Piketty, T. (2013). El capital en el siglo XXI. México: Fondo de Cultura Económica.
Piketty examina la evolución de la desigualdad de ingresos y riqueza desde el siglo XVIII, argumentando que cuando la tasa de retorno del capital supera la tasa de crecimiento económico, la desigualdad tiende a aumentar.
Renta básica universal y propuestas de redistribución
Van Parijs, P., & Vanderborght, Y. (2015). La renta básica: Una propuesta radical para una sociedad libre y una economía sensata. Barcelona: Ariel.
Los autores defienden la implementación de una renta básica incondicional como medio para garantizar la libertad real de todos los ciudadanos y abordar las desigualdades estructurales en las sociedades contemporáneas. (Redalyc.org+9Planeta de Libros+9El País+9)
EH
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